Durante 90 días, las dos economías más grandes del mundo bajan sus aranceles. No porque quieran resolver el fondo del conflicto, sino porque necesitan ganar tiempo.
Estados Unidos bajó sus aranceles de 145 % a 30 % sobre productos chinos, mientras China redujo sus tarifas de 125 % a 10 % para bienes estadounidenses.
Ambos gobiernos activaron estas medidas, tras reunirse en Ginebra con altos funcionarios como Scott Bessent, Jamieson Greer y He Lifeng. Ninguno quiere romper relaciones, al menos públicamente. Bessent lo dijo con claridad: buscan equilibrio comercial y más acceso a productos.
Si las partes muestran buena voluntad, podrían extender el plazo más allá de los 90 días. Además, China anunció que establecerá un nuevo canal de consultas económicas con EE. UU.
¿Y los mercados? Reaccionaron de inmediato:
• Las bolsas en Asia y Europa subieron.
• El S&P 500 repuntó 3 % en futuros.
• El petróleo aumentó más de 3 %.
• Subieron los rendimientos de los bonos del Tesoro.
• El dólar se fortaleció globalmente.
En cuanto a Colombia, el dólar bajó. Después del anuncio, la divisa cayó a $4.220 con lo que perdió casi 20 pesos frente a la TRM.
Mientras tanto, Colombia se acerca a China
En la IV Reunión Ministerial China-CELAC, el presidente Petro confirmó que firmará la adhesión del país a la Ruta de la Seda. Como suele ser usual, mandatario ignoró las advertencias de EE. UU. y defendió su decisión con argumentos de soberanía, que le sirven solo cuando le conviene.
En este sentido, Petro busca fortalecer los lazos comerciales y diplomáticos con China, para lo cual planea firmar varios acuerdos en los próximos días.
Así las cosas, mientras las dos potencias negocian una tregua, otros países —como Colombia— juegan sus propias fichas en este tablero de poder económico.