Contribuyendo al Plan de Desarrollo Distrital, en el periodo entre el 2020 y 2024, los planes parciales le permiten a la capital una reactivación económica, generando alrededor de 140.000 nuevos empleos directos e indirectos.
Los planes parciales han beneficiado alrededor de 165.000 habitantes de Bogotá para construir viviendas que tengan una ubicación estratégica, en donde se priorice el espacio público y la buena distribución. Uno de los macroproyectos que se destaca es La Marlene, ubicado en Bosa, en donde se construyen 16.104 unidades de vivienda, de las cuales 3.048 son VIP y 13.056 son VIS.
“Diseñamos este macroproyecto de vivienda para beneficiar a los ciudadanos, generando una distribución adecuada con 28,8 hectáreas de espacio público que cuenta con locales, zonas verdes y ciclorrutas creados para mejorar la vida de la gente. También, aportamos a la economía de la capital con 21.000 empleos que genera La Marlene”, menciona Susana Peláez, gerente general de Cusezar.
Según un estudio realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en el que se analiza la construcción de vivienda VIS y no VIS, en el primer trimestre de 2023, se construyeron 52.941 unidades de vivienda construidas en Colombia.
De las 44.459 unidades iniciadas en diferentes territorios del país, 33.341 se destinaron a vivienda tipo VIS (27.798 apartamentos y 5.543 casas) y 19.600 a vivienda No Vis (16.661 apartamentos y 2.939 casas).
Por otra parte, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) tiene como objetivo, que una de cada cinco construcciones en el país, cuenten con la certificación EDGE (Excellent in Design for Greater Efficiencies) que significa “Excelencia en Diseño para Mayores Eficiencias”, al tener una reducción del 51% en la huella de carbono en las obras.
Dicha certificación EDGE la obtuvo la construcción del macroproyecto La Marlene, en las unidades residenciales La Unión I y La Alegría, en las que se implementó un ahorro de energía (entre un 22 y 23%); agua (29%); y materiales (hasta un 64%) que logran clasificar al proyecto como una construcción sostenible y cada vez más eficiente con el uso de recursos.
“Cuando las personas deciden adquirir casa propia, están pensando en una inversión para la vida. De allí que tengamos desde Cusezar el compromiso de fomentar la excelencia en cada uno de los proyectos, siguiendo rigurosos estándares de innovación, eficiencia y sostenibilidad. El certificado EDGE, en La Marlene, es el respaldo de un proyecto que tiene uso eficiente y responsable de los recursos en armonía con el respeto por el medio ambiente”, comentó Susana Peláez, gerente general de Cusezar.
Las construcciones sostenibles son una apuesta, dentro del plan parcial propuesto para Bogotá, que buscan rediseñar los espacios públicos para brindarle mayor comodidad a los ciudadanos, y así promover construcciones sostenibles en el futuro.