Por Andrés Zuluaga, VP of Sales VTEX Colombia.
El comercio electrónico en Colombia vivió en 2024 un salto notable que trasciende el consumo minorista. Según datos de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, las ventas en línea superaron los COP $105,4 billones, representando un crecimiento del 26,7 % frente al año anterior, mientras que el número de transacciones subió un 21 %, hasta aproximadamente 511,1 millones de operaciones.
Estas cifras delinean un escenario que, más que crecimiento de usuarios finales, sugiere oportunidades valiosas en el comercio B2B para aquellas empresas que proveen, venden al por mayor, abastecen cadenas productivas o prestan servicios empresariales. Donde hay empresas comprando otras empresas, la digitalización adquiere matices distintos: estructuras de demanda mayores, compras periódicas, negociaciones personalizadas, y justamente ahí es donde se define quién prospera.
Para adentrarnos un poco más, también se observa que el ticket promedio en 2024 tuvo un alza del 4,69 %. Esto indica que, al menos en el comercio electrónico minorista, los consumidores están gastando más por transacción, lo que sugiere una oferta más robusta y mayor valor agregado en las compras online. Este tipo de comportamiento es un buen termómetro para anticipar lo que el cliente empresarial exigirá: precios dinámicos, niveles de personalización, integración de sistemas, tiempos de entrega fiables.
Pero todavía en comercio B2B hay retos, ya que muchas empresas no tienen explotadas al máximo las plataformas digitales, las integraciones logísticas son complejas, los flujos de aprobación internos son lentos y la negociación de condiciones personalizadas (precios, crédito, volumen) sigue siendo manual en
muchos casos. Además, se requieren recursos para adaptarse tecnológicamente: desde ERP hasta herramientas de analítica de datos, automatización de procesos y una experiencia de compra digital que esté alineada con las exigencias empresariales, no solo del consumidor individual.
Para el crecimiento futuro, Colombia debe mirar con decisión hacia:
● Plataformas tecnológicas robustas, modulares y unificadas: Es fundamental contar con una infraestructura que permita gestionar catálogos dinámicos, distintos precios y condiciones para diferentes clientes, múltiples roles de usuario, flujos de aprobación y reglas de adquisición automatizadas. La estandarización de integraciones con ERP, sistemas logísticos y de pagos empresariales será clave.
● Experiencias de compra más humanas y de confianza: Aunque los volúmenes sean grandes y los procesos formales, los compradores B2B también esperan bromas de personalización, soporte, visibilidad de pedidos, auto-servicio cuando sea posible. Incorporar inteligencia de datos, personalización, atención al cliente especializada, política clara de devoluciones y trazabilidad, ayuda muchísimo.
● Políticas institucionales y regulación que promuevan y no obstaculicen: Incentivos fiscales, marcos regulatorios modernos para pagos digitales y comercio transfronterizo, menor informalidad, mejor infraestructura logística y programas de apoyo a la transformación digital para PYMES pueden acelerar mucho la adopción. Especialmente para las empresas medianas / pequeñas, que son motor de empleo y falencia en digitalización B2B.
El comercio B2B en Colombia y Latinoamérica está en un punto de inflexión: las cifras lo demuestran, así como la aceleración de lo digital. Quienes adopten las capacidades correctas hoy como personalización, automatización, experiencias de cliente, integración tecnológica, no solo sobrevivirán, sino que capturarán una parte creciente de un mercado que será medido en cientos de miles de millones
de dólares en pocos años más.
En VTEX vemos que la complejidad operativa no es un freno sino una palanca de ventaja competitiva para quienes la dominen. Colombia tiene todos los ingredientes: talento, digitalización creciente, penetración en pagos y mercado de ecommerce en crecimiento. Es momento de moverse con decisión.