Los más recientes datos de actividad económica no dejan bien parado al país. Como una sorpresa absoluta llegó la noticia de la caída de 0,3 % en el PIB del tercer trimestre de 2023. Esto, dado que el grueso de los analistas no contemplaba resultados en rojo. De hecho, los más pesimistas apuntaban a un 0,1 %.
Lo más preocupante es que tres sectores clave están en caída libre: comercio (incluido transporte, hoteles y restaurantes), industria y construcción.
Para el caso de la industria, la contracción entre el tercer trimestre de 2023 y el mismo periodo de 2022, fue de 6,2 %. Con esa caída, este sector aportó -0,8 puntos a la contracción del PIB total. Por su parte, el comercio cayó 3,5 % y fue el responsable de -0,7 puntos del resultado total del país. En cuanto a la construcción, su desplome fue del 8 % y redujo en 0,4 puntos el PIB nacional.
Así las cosas, el país está entrando en una dinámica peligrosa de la llamada estanflación. Para los economistas, este fenómeno se presenta cuando la actividad económica es escasa y la inflación se mantiene en niveles altos. Usualmente estas dos condiciones no se presentan simultáneamente.
En términos más simples, la estanflación implica una economía que no está creciendo o está experimentando una contracción (estancamiento o recesión), al mismo tiempo que enfrenta un aumento sostenido en el nivel general de precios (inflación).
Hasta el momento Colombia cumple técnicamente con una de las dos condiciones: alta inflación.
Esa es la esperanza. Si bien es cierto que el tercer trimestre estuvo en terreno negativo, solo puede hablarse de una recesión cuando dos trimestres consecutivos muestran decrecimientos. Así que todos los ojos estarán puestos en el resultado del cuarto trimestre del año; pero esto solo se sabrá cuando ya estemos transitando los primeros meses de 2024.
Por ahora la desazón es evidente. Son pocos los indicadores en verde y la sensación de incertidumbre es generalizada. Sin embargo, es de esperar que el último trimestre del año tenga algo más de dinamismo, lo que podría cambiar la senda descendente que lleva el país desde finales del año pasado.