Un reciente estudio publicado en la revista Matter evidencia cómo investigadores utilizaron un químico que se encuentra en los caparazones de cangrejos y langostas para hacer baterías biodegradables que también pueden llegar a ser recargables.
- El químico al que se hace referencia se conoce como quitosano; es un derivado de la quitina, la cual se encuentra en las paredes celulares de los hongos, los exoesqueletos de los crustáceos y al interior de los calamares.
- Estás baterías no serían inflamables y pueden descomponerse en pocos meses, contribuyendo a la disminución de la contaminación.
- “Se están produciendo y consumiendo grandes cantidades de baterías, lo que aumenta la posibilidad de problemas ambientales”, dijo en un comunicado el autor principal Liangbing Hu, director del Centro de Innovación de Materiales de la Universidad de Maryland. “Por ejemplo, los separadores de polipropileno y policarbonato, que se usan ampliamente en las baterías de iones de litio, tardan cientos o miles de años en degradarse y aumentar la carga ambiental”.