Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el valor de las exportaciones bajaron en un 16 % en el primer semestre del 2020, la recuperación del comercio de América Latina y el Caribe es aún incierta debido a los nuevos rebrotes de Covid-19 y al impacto económico causado por la pandemia.
El informe anual Monitor de Comercio e Integración , que analiza las tendencias en los flujos comerciales de la región, reporta que la retracción se debió principalmente a la caída de los volúmenes exportados, a su vez impulsada por los efectos económicos de la pandemia.
La contracción de las exportaciones de América Latina y el Caribe fue mayor a la disminución registrada en el valor de los intercambios globales, la cual se situó en 13,3 % interanual en el primer semestre del año.
La pandemia golpeó al comercio internacional de servicios más profundamente que al de bienes. Las exportaciones de servicios de América Latina y el Caribe entraron por primera vez en terreno negativo desde el 2015 al registrar una reducción estimada del 29,5 % interanual en el primer semestre de 2020.
“El shock comercial ha sido menor al esperado inicialmente y se observan algunos signos de recuperación. Sin embargo, los nuevos rebrotes y medidas de confinamiento podrían afectar la recuperación de la actividad comercial global, que ya venía debilitándose antes de la crisis sanitaria”, señaló Paolo Giordano, Economista Principal del Sector de Integración y Comercio del BID y coordinador del informe.
En el primer semestre de 2020, la contracción de las exportaciones a los Estados Unidos (-19,5 %), la Unión Europea (-18,6 %) y China (-1,0 %) fueron determinantes para el desempeño comercial de América Latina y el Caribe, dado el tamaño de esos mercados.
Sin embargo, la reducción del comercio intrarregional fue más intensa. Los intercambios cayeron -30,3 % en la Comunidad Andina, -24,6 % en el MERCOSUR, -24,0 % en la Alianza del Pacífico y -8,8 % en Centroamérica y República Dominicana. De esta manera, los flujos intrarregionales continuaron perdiendo participación en el comercio total de América Latina y el Caribe, al representar sólo el 12,8 % del total.
Si bien la retracción fue generalizada, México y los países de Sudamérica exportadores de energía sufrieron las mayores caídas, en gran parte por el precio del petróleo, que se desplomó el 29,2 % entre enero y agosto de 2020.
Por su parte, las importaciones de América Latina y el Caribe se retrajeron 17,1 por ciento interanual en el primer semestre, impactando principalmente a México (-19,5 %), Centroamérica (-17,4 %) y Suramérica (-15 %).
El informe concluye que para atraer nuevas inversiones y aprovechar eventuales oportunidades de nearshoring que se presentan en la región, tanto en bienes como en servicios, los países deberán apuntar a una ambiciosa agenda de políticas de inserción internacional y de consolidación de las cadenas regionales de valor. Entre otros, deben avanzar en el fortalecimiento de las agencias de promoción de exportaciones y de atracción de inversiones, en la facilitación comercial y la modernización aduanera, en la diversificación del sector de servicios y en la digitalización del comercio.
Asimismo, señala que los países deben reducir con iniciativas pragmáticas los costos de transporte para que las economías puedan competir en las redes de producción global del futuro. Igualmente, recomienda reforzar los procesos de integración y cooperación regional para posicionar a las economías de la región en un espacio regulatorio eficiente, confiable y atractivo para los inversionistas.