Luego de 20 años de camino, hoy se puede decir que el Instituto Gato Dumas es la escuela de cocineros más reconocida del país, en donde Carolina Parra, una mujer que No es chef, tomó las riendas y abrió camino en un mundo que era evidentemente masculino, y con el desarrollo del potencial, la variedad y posibilidades de la cocina colombiana para extenderse tanto en lo regional tradicional, como en creaciones de alta cocina, hoy está recogiendo los frutos, pudo demostrar que no hay límites, no hay barreras y este avión ya despegó.
Hace 20 años lo que diferenciaba al Instituto Gato Dumas de las demás escuelas estaba fundamentado en su método, en la disciplina, la pureza de la técnica, siempre acompañada de la tecnología de vanguardia y la vocación y conocimiento de sus docentes. Hoy día, mantiene esos cimientos, pero van más allá y basan sus grandes diferenciales en el impacto que generan.
En línea con su visión de futuro, el Instituto Gato Dumas fijó metas ambiciosas para el año 2030. La institución se compromete a formar egresados conscientes de la economía circular, capaz de producir cero desperdicios al generar con los residuos subproductos que contribuyan a la obtención de nuevos alimentos y abonos o fertilizantes para la tierra, sin desperdiciar productos. Así mismo, el Gato Dumas busca integrar la última tecnología en su modelo académico, utilizando herramientas como la inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada para potenciar el aprendizaje y la formación gastronómica.
Cuando se mira en retrospectiva, es gratificante ver que todo el esfuerzo invertido para cambiar la percepción que se tenía acerca de la cocina, donde no era bien vista, carecía del reconocimiento social del que goza actualmente, valió la pena, incluso hoy tienen la fortuna de contar con un egresado de la sede de Bogotá, Juan Camilo Quintero, quien tiene una estrella Michelin, y con seguridad varios están en fila para ese anhelado galardón, quienes actualmente se encuentran trabajando en prestigiosos restaurantes en Estados Unidos, España, Dinamarca, etc.
Hay otros ejemplos de egresados que se han destacado y son un referente para muchos jóvenes, como por ejemplo Margarita Bernal, The Kitchen Brothers y Juan Diego Vanegas, así como en el ámbito de los grandes eventos, con exponentes como Óscar Parra del Movistar Arena. Gato Dumas también cuenta con protagonistas en diferentes regiones del país como Manuel Mendoza del restaurante Manuel en Barranquilla, Juan Aristizabal de Céntrico en Pereira, Pablo Vásquez del Jardín de las Delicias en Manizales, Karen Bohórquez en Benito Juárez por poner solo unos ejemplos de grandes cocineros y emprendedores.
Carolina Parra, Presidente Fundadora Instituto Gato Dumas asegura ¨Desde el inicio, el Instituto Gato Dumas aparece como una hoja de ruta tanto para chefs como para empresarios gastronómicos de nuestro país. En nuestra escuela de cocina, nos enfocamos en un crecimiento consciente, valorando el impacto de nuestras acciones sobre los números. Priorizamos el perfeccionamiento de nuestro modelo educativo, el equilibrio en la oferta gastronómica y la investigación continua a través del LAB Gato Dumas¨.
Con presencia en Bogotá y Barranquilla, el instituto capacita a una comunidad de 1.000 estudiantes y más de 3 mil egresados comprometidos con la excelencia. La institución priorizó el perfeccionamiento de su modelo educativo, la apertura de programas que garantizan el desarrollo equilibrado de la oferta gastronómica y la actualización constante de contenidos. Además, el Gato Dumas ha establecido alianzas interinstitucionales para asegurar la formación integral de sus estudiantes, así como sus oportunidades laborales y de emprendimiento.
Esta escuela de cocineros es un referente en la formación gastronómica en Colombia, destacándose por su enfoque integral, su compromiso con la excelencia y su contribución al desarrollo y la diversidad de la gastronomía en el país. El Gato Dumas seguirá impulsando el crecimiento de la industria culinaria, formando talento humano comprometido con la calidad, la innovación, la sostenibilidad y la autenticidad.
“En conclusión, en la gastronomía, todos los sentidos son importantes y hay que estimularlos a todos para que la experiencia sea integral, pero, aunque la vista y el olfato invitan a probar, ¡¡definitivamente el gusto es el que invita a repetir!!” asegura Parra.