¿De cara al final de este año, considera Ud. que la recuperación del sector va en firme y que, incluso, supera las expectativas llegando, tal vez, a niveles históricos?
En efecto va en firme. El sector reporta mejores resultados de ocupación que los esperados en el proceso de recuperación, y un proceso de mejora de tarifas teniendo como referencia el mismo periodo de 2019. En algunos casos la renta está en proceso de restablecerse, pero las condiciones de demanda no han permitido llegar a los rangos del 2019, lo cual es lo mínimo que necesitan los hoteles.
La reactivación depende de la zona y la ciudad en la que se desarrolla la actividad hotelera. Hay casos donde es mejor de lo esperado. Santa Marta y Medellín muestran una reactivación más acelerada. Bogotá también se ha recuperado, pero no a la misma velocidad de otras ciudades. Es porque es una ciudad que atiende mercado corporativo y turismo extranjero, rubros que no han recuperado en su totalidad su dinámica.
Se habla de ocupaciones altas, incluso mayores a las que había entes de la pandemia. ¿es esto realmente cierto? ¿se da en los hoteles de la cadena GMH?
En GMH con sus marcas hb, bs, EK, be, las expectativas posteriores a los cierres han sido superiores a lo esperado. Hay que partir el análisis en dos partes, y registrar desde el 2021 cuando se tuvo un primer semestre muy difícil, y un segundo mucho mejor, donde la recuperación fue evidente. Ahora, este año los indicadores de toda la industria han subido. Registramos mejora de niveles importante de la ocupación y recuperación paulatina de las tarifas, similar a lo que le sucede a la industria. Tenemos hoteles donde hemos logrado superar la media del sector, tanto en ocupación como en renta, afortunadamente. Nuestros hoteles están en Bogotá, Medellín, Barranquilla y Santa Marta.
¿Las ocupaciones del momento obedecen a una realidad del mercado o a una burbuja que se desprende de la actitud de muchos de salir, viajar, moverse, tras no haberlo podido hacer durante casi dos años?
Consideramos que el gasto de hogares ha empujado el crecimiento. Otra tendencia es que están llegando a los hoteles cada vez más clientes nacionales. ¿Hasta cuándo llegará la capacidad de gasto? Es bastante seguro que terminemos el 2022 con niveles de ocupación, con respecto a lo que observamos en 2018 y 2019. El mercado de turismo de descanso ha influido considerantemente en estos resultados.
Frente a la ocupación, el tema de la tarifa. Para este segundo semestre tenemos tarifas en términos reales, en varios casos, similares a las del 2019; pero dependiendo de ciudades y destinos, tenemos algunas tarifas, incluso, 25% por debajo de las que se cobraban en ese año en términos reales; afortunadamente hemos logrado compensar esta situación con mejores índices de ocupación.
¿Ha encontrado la cadena GMH una estrategia para combatir el problema tarifario y hacer un mercado mejor regulado?
Posterior a la pandemia se acentuó la importancia de las plataformas de reserva en este negocio, disminuyendo la importancia que tenían los sistemas tradicionales de comercialización hotelera. Lo anterior ha significado que el cliente consumidor hoy tiene gran capacidad de decisión para escoger el hotel que considere. Es decir, los hoteleros ya no controlan el mercado, lo controla el cliente.
Por, otro lado, las empresas continúan disminuyendo los presupuestos de alojamiento, en algunos casos entregan los viáticos a sus ejecutivos y los dejan en libertad de escoger. La hotelería independiente se defiende en la actualidad de la competencia de las grandes cadenas gracias a las plataformas.
En el caso de nosotros, que somos hoteleros pequeños, afrontamos la competencia de las grandes cadenas, en efecto, gracias a las plataformas. Adaptados a esta nueva realidad, hemos incrementado reservas, ventas y volúmenes.
A propósito de regulación ¿debería el gobierno intervenir en el control tarifario para contrarrestar la guerra que se vive en este momento?
No hay una guerra en el sector formal, regular un mercado tan abierto es imposible. Si los llegara a imponer regulaciones y controles estaríamos ante una flor de un día, pues de inmediato la competencia se las ingeniaría para salirle al paso a estas medidas.
La hotelería formal que manda el gobierno es la hotelería donde el alojamiento turístico, en un alto porcentaje, es formal y obligado a cobrar el IVA. Si los otros formatos de hospedería no lo tienen que pagar y son informales, estamos ante una competencia desigual.
¿La devaluación será el motor del incremento de la ocupación en hoteles y consumo de servicios turísticos?
La devaluación indudablemente es un porcentaje muy importante del flujo del turista nacional que ve cada vez más difícil salir al exterior; entonces, sus vacaciones son a nivel interno. Esto favorece al turismo receptivo, sin duda; pero, para ver volúmenes interesantes, no solamente la devaluación es el factor decisor para viajar a Colombia.
Los alivios otorgados para la industria hotelera por el gobierno anterior terminan. ¿Cómo afectará al sector?
La exención del IVA es hasta 2022, esa realidad ya está cerca. Y en esto quiero ser enfático en resaltar la oportunidad y efectividad de los alivios, reconociendo, sin duda, el esfuerzo del Gobierno presidente Iván Duque y sus ministerios de Comercio, Industria y Turismo, así como el de Hacienda. Es un excelente ejemplo de buena comunicación entre el gobierno y el sector privado, lo cual estamos seguros podremos adelantar con el actual gobierno. Ha sido muy clara la referencia del presidente Petro al apoyo al turismo. Estamos muy expectantes de la materialización de esos anuncios.
Sin el beneficio de la exención del IVA, los servicios hoteleros se encarecerán un 19%., afectando de una manera importante la demanda nacional.
¿Cuál es su perspectiva para el 2023?
La incertidumbre. Preocupa el nivel de inflación del año actual y del próximo año; el incremento en costos y el salario mínimo que llegue a decretar el gobierno. Afecta, igualmente, el tema de las tarifas aéreas y que desaparezca una línea aérea de bajo costo, disminuyendo la oferta de sillas, permitiendo así, que las tarifas aéreas continúen incrementándose, ya de por sí muy elevadas a nivel nacional, especialmente.
Y no podemos llamarnos a engaño: el país vive una gran incertidumbre interna producto de un cambio de gobierno que aún estamos leyendo y al que le falta definir muchos temas.
A eso sumarle la guerra en Ucrania, una muy segura recesión económica mundial, que afectará directamente a los países generadores de demanda de turismo corporativo y de descanso para Colombia.
¿La pandemia cambio la operación de hoteles en algún aspecto?
Sin lugar a dudas. En nuestro caso, le dio paso a la experiencia del trabajo en casa. Se cambiaron paradigmas y pudimos girar hacia la cultura online, lo que ha dado resultados muy favorables en incremento de la productividad. Bajo esa modalidad, en las reuniones se va al grano y se han incrementado los niveles de responsabilidad.
¿Cómo enfrentar con efectividad la competencia con los arrendamientos informales y plataformas?
La hotelería tiene que transformarse. Por ejemplo, para nuestro caso Booking es un canal de distribución. Airbnb, en cambio, es competencia directa y el crecimiento ha sido monstruosamente grande. En Bogotá, más de 50% de las unidades se está rentando por Airbnb. Ante clientes cada vez más exigentes, la tendencia en general de la actividad hotelera tradicional es fortalecerse en servicio para mantenerse en el mercado.
Notifico la necesidad de que el gobierno sea exigente y controle la venta de este tipo de servicios y que estos cobren el IVA del 19%, única forma de tener una competencia leal y no desleal. Esta competencia requiere que la hotelería formal, fortalezca los niveles de servicio y atención
