IA embebida, software unificado y robótica interoperable comienzan a redefinir las operaciones industriales del futuro y su competitividad.
La industria manufacturera global está dando un giro que, según especialistas, marcará los próximos diez años: el avance hacia operaciones capaces de autoadministrarse, reconfigurarse y aprender de sus propios datos. Durante la apertura de Automation Fair 2025 —una de las vitrinas tecnológicas más influyentes del sector desarrollado en Chicago por Rockwell Automation— quedó en evidencia que la competencia ya no pasa solo por automatizar, sino por dotar a las plantas de un nivel de inteligencia que reduzca la intervención humana en tareas críticas.
En este escenario, la charla “The Future of Industrial Operations” profundizó en cómo las industrias están migrando desde arquitecturas rígidas hacia ecosistemas más conectados, escalables y resilientes, donde los datos y el software se transforman en el eje de la gestión operativa. De acuerdo con Blake Moret, presidente y CEO de Rockwell Automation, “la industria se encuentra en un punto de inflexión que exige acelerar la convergencia entre IT y OT, habilitar nuevas formas de colaboración humano-máquina y fortalecer la toma de decisiones basadas en datos para asegurar continuidad y competitividad”.
Asimismo, las propuestas tecnológicas presentadas apuntaron precisamente a ese cambio estructural. Se delineó un modelo basado en sistemas definidos por software —donde la lógica de control queda desacoplada del hardware—, entornos flexibles capaces de ajustar líneas con menor fricción y una inteligencia artificial integrada como núcleo del conocimiento operacional. A esto se suma la consolidación de ecosistemas multivendor, con robots y equipos interoperables desde una capa común de software, respaldados por mecanismos de seguridad embebidos desde el diseño y monitoreo continuo.
Y es que el avance de la inteligencia artificial está acelerando esta transformación. Durante el encuentro quedó en evidencia cómo los modelos embebidos en sistemas de control permiten anticipar fallas, optimizar flujos y ajustar parámetros sin detener la operación. En paralelo, la robótica interoperable —robots de distintos proveedores coordinados de forma nativa— ha sido una respuesta a la necesidad de ciclos productivos más cortos y demandas más volátiles. Además, la incorporación de gemelos digitales para simular procesos completos antes de ejecutarlos añade una capa adicional de predictibilidad y eficiencia ingenieril.
En tanto, la ciberseguridad industrial ha emergido como un estándar indispensable para esta nueva etapa. Con el incremento de amenazas en entornos OT, las operaciones avanzan hacia vigilancia 24/7, detección de anomalías basada en IA, clasificación automatizada de activos y cumplimiento sistemático. En esta visión, la seguridad deja de operar como un requisito defensivo para convertirse en un habilitador transversal del modelo autónomo.
En resumen, las tendencias expuestas en la feria —software unificado, control descentralizado, inteligencia integrada y robótica interoperable— delinean una conclusión compartida: la autonomía dejará pronto de ser un experimento para transformarse en el nuevo estándar operativo. Las fábricas capaces de aprender, reconfigurarse y responder a variaciones de demanda en tiempo real se perfilan como las que capturarán la ventaja competitiva decisiva de la próxima década. De esta manera, Automation Fair 2025 instaló así una certeza más que una predicción: la pregunta ya no es si la autonomía industrial llegará, sino quién logrará adoptarla primero y con mayor profundidad.