Charlotte Nisbet, Analista de Inversión Responsable de Janus Henderson, explica por qué la deforestación puede tener un impacto financiero importante en las empresas y cómo el compromiso puede conducir a mejores resultados de inversión a largo plazo.
En los últimos años, la comunidad empresarial e inversora ha ido tomando conciencia de los riesgos financieros que plantea la deforestación. La deforestación afecta cada vez más a los flujos de caja de las empresas, dada la mayor presión de los inversores y las partes interesadas para que inviertan en trazabilidad y tengan cadenas de suministro sostenibles. En un post anterior, mencionamos que el mundo está perdiendo aproximadamente 10 millones de hectáreas de bosque en los trópicos y subtrópicos cada año, según la Evaluación de los Recursos Forestales de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.1 Se trata de una situación insostenible; como inversores, nos hemos centrado en los sectores y empresas con vínculos materiales con la deforestación, cuáles son las consiguientes implicaciones para la inversión y cómo podemos gestionar el riesgo de deforestación en las carteras de nuestros clientes.
¿Qué se está haciendo para frenar la deforestación mundial y qué significa esto para las empresas?
Los continuos índices de deforestación y el mayor escrutinio sobre el papel de las empresas en la deforestación han llevado a los inversores y otras partes interesadas a reclamar una mayor transparencia. Esta presión, más recientemente, se ha extendido a los gobiernos y ha culminado en la introducción de una normativa en la UE para que las empresas rindan cuentas de su implicación en la deforestación mundial. El Reglamento de la UE sobre productos libres de deforestación, introducido este año, abarca siete materias primas relacionadas con la deforestación: soja, cacao, aceite de palma, ganado, café, madera y caucho. El Reglamento, que entró en vigor el 29 de junio de 2023, pretende garantizar que las empresas registradas en los Estados miembros de la UE que importen o exporten determinados productos básicos agrícolas no hayan sido producidos en tierras deforestadas desde el 31 de diciembre de 2020.
Existe una posible implicación financiera en forma de multas para las empresas que no dispongan de niveles adecuados de trazabilidad de los productos básicos relacionados con la deforestación. El nivel máximo de las posibles multas no podrá ser inferior al 4% del volumen de negocios total anual de una empresa en la UE en el ejercicio financiero anterior.
Otro riesgo potencialmente material desde el punto de vista financiero es el aumento de los costes marginales asociados a la inversión adicional necesaria para elevar las normas de diligencia debida a un nivel que permita demostrar la plena trazabilidad de las materias primas, como la inversión en software de geolocalización. Para las empresas que no han realizado estas inversiones incrementales en los últimos dos años, podría ser particularmente material desde el punto de vista financiero, con un presupuesto de asignación de capital especialmente ajustado en el entorno macroeconómico actual, que ha ejercido presiones generales sobre los costes de muchas empresas de consumo.
Una parte importante del reglamento de la UE destaca que las materias primas con certificación responsable, como el aceite de palma de origen responsable (RSPO), no obtendrán luz verde automática para superar los requisitos de trazabilidad del reglamento, por lo que incluso las empresas que utilicen materias primas con certificación responsable tendrán que demostrar su origen. Puede que incluso sea necesario cambiar de proveedor, potencialmente más caro, donde las empresas puedan obtener datos más detallados de la cadena de suministro para cumplir los criterios del nuevo reglamento.
En última instancia, creemos que el reglamento es un paso positivo para animar a las empresas a gestionar mejor los riesgos de deforestación, y pensamos que no debería ser una gran preocupación para las empresas que se han centrado proactivamente en mejorar las normas de la cadena de suministro y la revelación de información. El principal reto para las empresas será demostrar la trazabilidad, por lo que es esencial que dispongan de los sistemas y controles adecuados, fijen objetivos y faciliten información clara sobre las cadenas de suministro de todas las materias primas.
Siempre se puede mejorar
Creemos que las empresas de bienes de consumo siempre pueden hacer más para controlar y reducir el impacto que sus cadenas de suministro tienen en la deforestación, reduciendo así su propio riesgo financiero. Creemos que las empresas pueden hacer más revelando y explicando dónde se han detectado casos de deforestación en su cadena de suministro y cómo han remediado la situación. En nuestra opinión, cuando una empresa puede demostrar que ha identificado tales casos, es un indicador positivo de que la empresa está tomando medidas proactivas para mitigar los riesgos relacionados.
En segundo lugar, el seguimiento de los objetivos de las empresas en materia de trazabilidad es una forma eficaz de responsabilizarse de sus esfuerzos por reducir la deforestación. Algunas empresas se han adelantado a los acontecimientos y han establecido y alcanzado objetivos agresivos para reducir la deforestación en sus cadenas de suministro, pero todavía hay muchas empresas con exposición a materias primas vinculadas a la deforestación que aún no han establecido objetivos. Animamos a las empresas en las que invertimos a que fijen objetivos ambiciosos pero realistas para reducir su exposición al riesgo de deforestación. Prevemos que cada vez más empresas se fijen como objetivo la deforestación cero en sus cadenas de suministro y faciliten detalles y divulgación en torno a la cartografía de la cadena de suministro, ya que la normativa de la UE contribuye a mejorar los datos de transparencia de los proveedores y a elevar los estándares a escala mundial.
La deforestación es un reto de sostenibilidad a largo plazo, y seguiremos colaborando con las empresas de nuestra cartera en sus esfuerzos por reducir los riesgos asociados a su impacto en los bosques del mundo. Creemos que las empresas que abordan hoy sus riesgos de deforestación están mejor preparadas para hacer frente a futuras normativas y preservar y aumentar los flujos de caja, lo que las convierte en inversiones potencialmente más atractivas a largo plazo.