La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se muestra ahora mucho más optimista que hace seis meses sobre la marcha global de la economía y cree que la recuperación este año y el próximo va a alcanzar un ritmo que no se daba desde 1973, aunque hay elementos de incertidumbre, sobre todo por la evolución de la situación sanitaria.
En la presentación a la prensa de su informe semestral de perspectivas, la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, destacó que «las noticias son buenas» y que «el horizonte se abre de nuevo».
En conjunto, Boone explicó que se han revisado al alza las perspectivas para 2021 y 2022 ya que se crece «a un ritmo no visto desde 1973 gracias al avance de las campañas de vacunación, a una mejor gestión de las restricciones sanitarias, así como a unos apoyos presupuestarios y monetarios masivos».
Ahora se espera una progresión del producto interior bruto (PIB) mundial del 5,8 % este año y del 4,4 % el próximo, lo que supone, respectivamente, dos y cuatro décimas más que lo anticipado en diciembre.
Para finales del próximo ejercicio, la OCDE calcula ahora que el PIB será unos tres billones de dólares superior al que esperaba hace seis meses, es decir una diferencia que equivale al doble de la economía española.
La economista jefe reconoció que esta revisión es «masiva» pero puntualizó que hay grandes desequilibrios entre países.
Señaló que hay algunos que ya han conseguido recuperar el PIB per cápita que tenían antes de la crisis de la covid, como Estados Unidos, Rusia, Corea del Sur, Irlanda y, sobre todo, China.
En el otro extremo, Argentina tardará más de cinco años en recuperar ese nivel precrisis, México casi cuatro años y España o Costa Rica tres años y medio.
Boone explicó que los servicios, y en particular el turismo y los viajes, son los sectores que más están tardando en recuperarse, y por eso los países donde representan una parte importante de la actividad llevan más retraso.
También hizo notar que «la situación sanitaria sigue planteando incertidumbres», y por eso «la mejor política para estimular la recuperación es luchar contra el virus lo más rápido y de la forma lo más generalizada posible».
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, lamentó que frente a un choque como el que ha provocado el coronavirus haya habido «demasiada poca cooperación internacional» y de ahí también las desigualdades en la recuperación.
Gurría insistió en que «la mejor política económica para vencer el virus ahora es, antes que nada, la vacunación», que debe llegar a todos los países.
La OCDE considera que a corto plazo, la difusión de las vacunas no depende tanto de poner fin a las patentes, sino del aumento de las capacidades de producción, con una gestión más rápida de las licencias para la puesta en marcha de nuevas líneas de fabricación, de la transferencia de tecnologías y de la eliminación de restricciones a las exportaciones.
Preguntada por el repunte de las presiones inflacionistas, la economista dijo que deberían ser «temporales» y reabsorberse en gran parte el año próximo. Pero añadió que le preocupa más el comportamiento volátil que pudieran tener los mercados financieros ante esos episodios de subidas de precios.
Boone tampoco descartó que el crecimiento sea finalmente más fuerte todavía del que aparece en sus actuales previsiones, en particular si se acelera la vacunación o si una parte más importante del ahorro acumulado se convierte en consumo.
EFE