La reciente decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de no renovar la Línea de Crédito Flexible (LCF) para Colombia ensombrece el panorama macroeconómico del país. Este instrumento, vigente desde 2009, es visto como un seguro financiero para naciones con fundamentos sólidos. Bajo este mecanismo, Colombia tenía acceso potencial a cerca de USD 9.8 mil millones ante shocks externos, sin mencionar que generaba confianza en los mercados.
¿Por qué no se renovó la LCF?
La determinación del FMI se sustenta en una evaluación de la trayectoria fiscal y macroeconómica reciente de Colombia, destacando:
Deterioro de indicadores fiscales: un déficit fiscal que superó la meta en 2024 (6.7 % del PIB vs. 5.6 % esperado), la identificación de rezagos presupuestales significativos (estimados en 2.8 % del PIB) y una deuda pública bruta que alcanzó el 61.3 % del PIB, elevada para un mercado emergente.
Preocupaciones macroeconómicas: un crecimiento económico moderado (1.7 % en 2024), niveles bajos de inversión privada afectados por la incertidumbre, y dudas sobre la sostenibilidad fiscal de las reformas sociales y energéticas propuestas. La depreciación del peso también añade presión.
Evaluación del FMI: el organismo considera que, bajo los criterios actuales, Colombia ya no cumple con los requisitos de gestión macroeconómica necesarios para mantener acceso a la LCF.
Implicaciones para Colombia
La no renovación conlleva consecuencias importantes:
- Lo primero, obviamente, es que se elimina una red de seguridad crucial frente a eventuales crisis. Esto aumenta la dependencia de las reservas internacionales y del financiamiento —que ya está desbordado—.
- El segundo punto es la señal que se le da a los mercados en cuanto a los problemas de sostenibilidad fiscal. En consecuencia, Colombia tendrá que pagar más por su deuda; es decir, todos los colombianos tendremos que destinar más de nuestros impuestos a saldar esos compromisos.
- En tercer lugar, y aunque al presidente de la república no le guste —como suele suceder con cualquier cosa que medianamente funciona en el país —, se pone mayor presión sobre el Banco de la República para mantener la estabilidad.
Por último, todo esto afecta negativamente la percepción de los inversionistas y la atracción de inversión extranjera directa.
Desafortunadamente, todo lo que se necesita para retomar el buen camino, es lo que no hace el actual Gobierno Nacional.
Por dar el ejemplo más claro, en este escenario lo más importante es la disciplina fiscal. Sin embargo, la falta de recortes presupuestales es la clara muestra de la falta de compromiso de este Gobierno.
Otro punto que debería mejorarse es el de reducir la incertidumbre. No obstante, esta es un término desconocido en el Gobierno. Las reformas propuestas carecen de sustento financiero y empresas extranjeras huyen del país, con la respectiva salida de capital que ello implica.
Toda esta situación no es otra cosa que una alarma más en un incendio que ya está saliéndose de control.