Paseo Villa del Río, ubicado en el sur occidente de Bogotá y con una zona de influencia de cerca de 2.4 millones de habitantes, es el primer centro comercial de Bogotá en obtener la Certificación Internacional Edge como construcción sostenible que ayuda a mitigar los efectos del cambio climático.
EDGE, (Excellence In Design For Greater Efficiencies), es un sistema de certificación sostenible creado por la Corporación Financiera Internacional – IFC (miembro del Grupo del Banco Mundial) para los mercados emergentes en más de 170 países, que brinda a los líderes del sector inmobiliario la oportunidad de obtener una ventaja competitiva al diferenciar sus productos y agregar valor a la vida de sus clientes.
“La certificación se da en dos etapas, en el diseño y en la construcción final. Esto hace que desde que se inician los proyectos, arquitectos, constructores e inversionistas se comprometan a desarrollar un proyecto sostenible y amigable con el medio ambiente. Hoy, Paseo Villa del Río obtuvo la certificación EDGE final, convirtiéndose así en el primer centro comercial ecológico de Bogotá”, afirma Oscar Ardila, Director de RI e inversión responsable de Ashmore Avenida, gestor del fondo de inversión con participación mayoritaria en el proyecto.
El objetivo de la certificación EDGE es establecer una definición basada en métricas de lo que constituye una edificación verde, a partir de la cual se crean mecanismos para recompensar a los promotores inmobiliarios por desarrollar proyectos con criterios de sostenibilidad, aumentar la influencia regulatoria y promover la inversión extranjera.
Según Paseo Villa del Río, entre las buenas prácticas utilizadas para la obtención de la certificación EDGE se encuentran, la instalación de sensores de CO2 para la activación de sistemas de ventilación en los baños y estacionamientos que permiten la circulación del aire.
Así como los aislamientos de techos y fachadas, el uso de bombillas LED en interiores y exteriores y el no uso del aire acondicionado en zonas comunes para una constante circulación del aire.
En cuanto al uso eficiente del agua, el centro comercial cuenta con un sistema de recolección de agua lluvia que permite su reutilización en los baños y zonas de riego de los jardines horizontales y verticales.
“Estas prácticas, utilizadas desde la planeación del proyecto, nos han permitido obtener ahorros de energía de un 33%, un ahorro de agua de un 54%, un 47% menos de uso de energía en los materiales para la construcción, y un ahorro al año de más de 2.000 toneladas de dióxido de carbono, lo que nos hizo merecedores a la certificación EDGE y alinea este proyecto con la contribución que hace el país al Acuerdo de París”, afirma Ardila.