No se pueden negar los importantes avances que se han experimentado a nivel mundial en materia de protección social en las últimas décadas para hacer frente a la crisis generada por la COVID-19. Pero a pesar del gran esfuerzo de los gobiernos en todo el mundo, hoy, cerca de 4.000 millones de personas siguen estando completamente desprotegidas, de acuerdo con un informe recientemente publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según lo señala la entidad, la respuesta a la pandemia fue desigual e insuficiente, además de haber aumentado la distancia entre los países de altos ingresos y los de bajos ingresos, y además, en muchas regiones no se logró ofrecer la protección social básica.
De acuerdo con la OIT, esta incluye el acceso a la atención médica y a la seguridad del ingreso, en particular para las personas de edad, en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, accidente en el trabajo, maternidad o pérdida del principal generador de ingresos de la familia, así como para las familias con hijos.
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