El Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) de abril de 2025 trajo cifras positivas, aunque con matices que vale la pena revisar.
Según los datos del DANE, la economía colombiana creció un 1,14% anual en su serie original y un 2,51 % anual en la serie ajustada por efecto estacional y calendario. A nivel mensual (abril vs. marzo), el ISE ajustado aumentó 1,57 %, lo que muestra algo de aceleración.
Hasta ahí, el panorama parece alentador. Pero, si se mira el detalle sectorial, la historia empieza a tomar otros tintes.
El peso de los servicios y el ‘empuje’ público
Las actividades terciarias, que incluyen desde el comercio hasta los servicios financieros y públicos, crecieron un 3,11 % anual (serie ajustada).
Aquí se destacan dos bloques:
- El comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida crecieron 4,86 %, con lo que aportaron casi 1 punto porcentual al crecimiento total del 1,14 % del ISE
- Las actividades institucionales (educación, salud, administración pública) avanzaron 2,10 %, y aportaron 0,54 puntos al total.
En otras palabras: el crecimiento se está sosteniendo por los servicios y por el sector público. Nada nuevo en una economía que hace rato dejó de diversificar su motor productivo y que viene aumentando el gasto estatal de forma irresponsable.
Manufactura y construcción en veremos, primarias en caída
Las actividades secundarias (industria y construcción) siguen siendo el talón de Aquiles:
- Cayeron 3,90% anual en la serie original y 0,81 % en la ajustada.
- Restaron 0,51 puntos porcentuales al ISE general.
La construcción, que históricamente ha sido una fuente de empleo e inversión, continúa en pausa -y eso que el Metro de Bogotá jalona fuerte al sector-. Y la industria, en el mejor de los casos, está sobreviviendo.
El sector primario (agro y minería) tampoco se salva: caída anual del 1,71 % (serie original), aunque el ajuste estacional suaviza el resultado y lo convierte en un crecimiento del 1,07 %.
Claro, en este punto no es posible diferenciar la agricultura de la minería, pero a juzgar por las cifras del PIB y los resultados de la explotación hidrocarburífera, no es descabellado pensar que es este sector el que retrocede con fuerza.
Zozobra
Por último, el resultado agregado para abril es positivo y el ritmo acumulado enero-abril (2,33 %) supera al del mismo periodo en 2024 (1,72 %). Pero este avance está concentrado en los servicios y sector público, mientras que las actividades primarias y secundarias siguen en terreno incierto.
Así las cosas, no hay señales de una recuperación estructural ni sostenible. El crecimiento, por ahora, es más de forma que de fondo. No dejemos que los discursos edulcoren la realidad.