Cifras reveladas por un estudio de la compañía Crack The Code, indica que menos de un 30% de las mujeres trabajan en el sector tecnológico en Colombia. También afirma que la baja participación en el sector es producto de la brecha educativa, pues sólo dos de cada diez eligen estudiar una carrera relacionada con esta área debido a la poca orientación al respecto.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina la industria del software empleará a más de 1,2 millones de programadores para el año 2025, segmento del que solo 7 de cada 1.000 mujeres colombianas hacen parte como creadoras de aplicaciones, software y videojuegos.
A esto se suma que tan solo para el cuarto trimestre de 2020 el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) registró que la tasa de desempleo para las mujeres fue más alto que el de los hombres, 18,7% y 10,2 % respectivamente.
Aunque las cifras son poco alentadoras, el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y en especial la industria del software han venido trabajando en la inclusión del género femenino, reconociendo su habilidad y talento para desempeñarse en tareas de desarrollo, programación y liderazgo de equipos.
Por ejemplo, 43 % de los colaboradores de la compañía Digital Ware corresponde a mujeres, desempeñando roles en proyectos de tecnología e innovación para el sector público y privado, dirección de áreas y apoyo en asistencia.
“Hemos encontrado la necesidad de eliminar barreras de género, teniendo en cuenta que en el sector de tecnología hay un alto porcentaje de hombres que lideran las organizaciones y hacen parte de todos los ciclos de vida del negocio de TI. Ser mujer y liderar procesos en compañías de tecnología no solo es una novedad sino también un reto en el que trabajamos a diario para generar una mayor visibilidad de las grandes capacidades de liderazgo y pensamiento estratégico” afirma María Fernanda Carbonell, directora de gestión humana de Digital Ware.
Por otro lado, las mujeres TIC de todas las generaciones, se vieron enfrentadas a una realidad pandémica que potenció todos sus talentos, habilidades y las capacitó para desenvolverse en sus roles, donde se destacaron en: asumir la implementación de proyectos de tecnología que aportan a la transformación digital en clínicas y hospitales en Colombia y otros países de Latinoamérica.
Así como lograr equilibrio entre las tareas del hogar y la productividad en el campo laboral. Además de continuar con la formación académica para seguir poniendo valor agregado a su profesión y a lo que realizan dentro de la empresa.
También tuvieron que tener una buena administración del tiempo para liderar de forma acertada los equipos de trabajo y dedicar el tiempo de calidad al rol de mamá, más cuando hay diferencias notables en las edades de los hijos por ser de distintas generaciones.