Con la participación de más de 600 líderes empresariales, autoridades, analistas internacionales y representantes de la cadena de valor del acero, se llevó adelante Alacero Summit 2025, que cerró reafirmando un mensaje común para América Latina: la unión, la integración regional y la defensa activa de la industria permitirán enfrentar los desafíos que impone el nuevo mapa global dominado por China y la sobrecapacidad del acero.
Este año, el encuentro dejó claro que América Latina atraviesa un punto de inflexión: un entorno de competencia desleal cada vez más agresivo, un reordenamiento geopolítico acelerado y la urgencia de avanzar hacia industrias más limpias y competitivas. En este contexto, Alacero Summit se consolidó como la principal plataforma latinoamericana para discutir el futuro industrial, elevar alertas y construir consensos regionales.
Un llamado a defender la producción latinoamericana
Los líderes del encuentro coincidieron en que la región no puede seguir enfrentando de manera aislada el impacto de las importaciones a precios artificiales provenientes de China, que ya afectan rentabilidad, inversiones y miles de empleos formales de calidad. La preocupación por las crecientes distorsiones de mercado también fue subrayada por economistas y organismos multilaterales. La OCDE señaló que la producción china recibe subsidios diez veces superiores a los de economías desarrolladas, una asimetría que exige respuestas rápidas y eficaces en América Latina.
El cierre del Summit estuvo marcado por el panel de CEOs, integrado por Jorge Luiz Ribeiro de Oliveira (CEO de ArcelorMittal Brasil) y Máximo Vedoya (CEO de Ternium), quienes coincidieron en que la industria del acero de la región solo pide competir con reglas justas frente a China, y es el momento de que los gobiernos implementen medidas efectivas. Durante esta jornada fue anunciado que Máximo Vedoya sucederá a Ribeiro de Oliveira como Presidente de Alacero para el periodo 2026-2027.
Un tablero geopolítico que exige volver a pensar la política industrial
Panelistas de Estados Unidos, México, Brasil, Argentina y la academia latinoamericana coincidieron en que la región debe actualizar su política industrial para no quedar rezagada ante la disputa entre China y Estados Unidos por el control de la manufactura global.
Estados Unidos hoy ve a la región como un aliado estratégico, con inversiones crecientes y complementariedades energéticas e industriales. La región vive su ciclo de crecimiento económico más débil en 40 años y necesita una agenda productiva ambiciosa, no solo comercial.
América Latina no puede competir sola; requiere reglas de origen más estrictas, mejor articulación fiscal y cadenas regionales integradas.
Jorge Guajardo, asesor en geopolítica, comercio y riesgo, ex-embajador de México en China, analizó cómo la estrategia industrial china se ha transformado desde su apertura económica en 1979 hasta convertirse en el principal productor mundial de acero. “Entre 2000 y 2020, China utilizó más acero que Estados Unidos en un siglo, pero ese ciclo se agotó: ya no tiene población para urbanizar ni espacio para crecer a través de la construcción. Por eso, hoy China apuesta a exportar y capturar la manufactura global, lo que representa una amenaza directa para América Latina”, advirtió Guajardo, señalando que la región debe responder con defensa comercial, coordinación e integración industrial para proteger su producción.
La reflexión de Guajardo fue complementada por John Lichtenstein, Managing Partner de World Steel Dynamics, quien advirtió que el desafío para América Latina ya no proviene solo del acero que China exporta de manera directa, sino también del acero “oculto” en manufacturas, autopartes y bienes finales que ingresan a la región a precios distorsionados. Lichtenstein destacó que China ha consolidado una estrategia global más amplia: exportar acero en todas sus formas, directa e indirectamente, invertir en materias primas clave, financiar infraestructura en países en desarrollo y expandir capacidades manufactureras fuera de sus fronteras, lo que amplifica el impacto en los mercados latinoamericanos.
Este diagnóstico fue reforzado por los representantes del sector automotriz: Martín Galdeano (CEO de Ford Sudamérica) y Alexander Seitz (CEO de Volkswagen Sudamérica), quienes llamaron a actuar con urgencia: si América Latina no implementa medidas rápidas y efectivas de defensa comercial, la región terminará compitiendo no contra fabricantes, sino contra un ecosistema completo subsidiado desde Asia.
Una oportunidad para competir con el mundo
Más allá del comercio, el Alacero Summit también enfatizó una ventaja estratégica para la región. El acero producido en Latinoamérica tiene una media de emisiones de CO2 por tonelada 30% menor que la de China. Esto significa que cuando la región importa este producto, está importando también CO2.
Los líderes destacaron que la región ya está ejecutando proyectos multimillonarios para producir acero con menores emisiones de carbono, modernizar plantas y formar talento.
Vedoya enfatizó: “Latinoamérica tiene una industria moderna y en expansión: hoy invertimos más de 4 mil millones de dólares solo en México, y avanzamos hacia un acero más verde. Compitamos con China, sí, pero con las mismas reglas”.
Colombia marca un precedente con nuevas medidas arancelarias
Durante el Summit se realizó el anuncio de que Colombia publicó el borrador de decreto que aumentaría a 35% los aranceles para 13 subpartidas siderúrgicas, una medida respaldada por los gremios industriales ante el impacto de las importaciones desleales.
Esta medida envía una señal a toda la región, ya que los países latinoamericanos están respondiendo con herramientas de defensa comercial contundentes. Aquellos países que cuenten con menores defensas, serán el objetivo del desvío de comercio generado desde aquellos países y regiones que sí establezcan barreras efectivas.
Conclusión y llamado a la acción
El evento cerró dejando un mensaje claro para gobiernos, la industria y todos los actores de la cadena de valor: América Latina no solo debe reaccionar; debe liderar desde su propia voz industrial. Se reafirmaron tres líneas de acción:
- Mayor cooperación y coordinación entre países latinoamericanos para construir cadenas de valor integradas.
- Políticas públicas modernas e inteligentes que incentiven la producción regional, promuevan la defensa comercial efectiva y fortalezcan la competitividad industrial.
- Aprovechar plenamente la ventaja energética natural de América Latina —una de las regiones con mayor disponibilidad de energías renovables del mundo— para fortalecer el protagonismo de la industria del acero como motor de la reindustrialización, el empleo de calidad y la movilidad social.
El Alacero Summit 2025 dejó un desafío: transformar la oportunidad histórica del nearshoring, la transición energética y la reconfiguración del comercio global en una agenda regional de industrialización, inversión y empleo de calidad.
Con estos acuerdos, la industria latinoamericana se prepara para profundizar su integración y continuar la conversación en la próxima edición del Alacero Summit, programada para 2026 en la Ciudad de México.