Marcus Thiell
Profesor Asociado, Facultad de Administración, Universidad de los Andes, Colombia (03/03/2023)

Contenido

Interrupciones, aumentos de precios y desabastecimientos. 1

‘Friendshoring’: Una tendencia geopolítica en las cadenas de suministro. 2

Interrupciones, aumentos de precios y desabastecimientos

Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero 24 de 2022, comenzó una crisis humanitaria acompañada de impactos notables en las cadenas de suministro globales. La guerra entre Rusia y Ucrania comenzó en un momento en que las cadenas de suministro aún eran muy frágiles debido a la pandemia del Covid y eventos relacionados. Desde una perspectiva de sistema, la guerra en Europa mejoró las perturbaciones existentes y agregó una serie de perturbaciones nuevas, desafiando el desempeño de las cadenas de suministro globales y, con ello, las organizaciones colombianas y su economía.

A principios de 2023, es difícil determinar un impacto aislado de la guerra ya que se fusionan diversas interrupciones: poscovid, guerras comerciales entre EE. UU. y China, interrupciones inducidas por el cambio climático, ataques cibernéticos y la guerra entre Rusia y Ucrania.

Como consecuencia directa, el consumidor observará principalmente precios más altos y desabastecimiento de productos en los anaqueles minoristas colombianos. No obstante, la influencia en las cadenas de suministro, la economía y la sociedad en Colombia puede ser más compleja ya que es necesario considerar una variedad de efectos, sus relaciones y dinámicas. Los impactos importantes resultan de lo siguiente, por ejemplo:

• Cadenas de suministro que involucran a proveedores ucranianos: la economía ucraniana participa tradicionalmente en mercados globales como repuestos para automóviles, minerales, fertilizantes, aceite de girasol, cebada o trigo. Las perturbaciones e interrupciones de esas cadenas, por ejemplo, debido a la destrucción de la infraestructura, conducen a aumentos de precios y posible escasez de esos productos. Este último, en particular, afecta el suministro de los países con inseguridad alimentaria, por ejemplo, en África. Con el aumento de los precios de los productos alimenticios, también aumentarán los precios de los piensos, lo que conducirá a un mayor costo de la carne y los productos lácteos, efectos visibles para el consumidor colombiano.
• Cadenas de suministro desde y hacia Rusia sujetas a sanciones: el cobalto, el níquel, el titanio, el paladio y otros minerales de Rusia no llegarán a sus clientes industriales como componentes clave para industrias como la automotriz y la de semiconductores fuera de Rusia. Esto conducirá a desabastecimientos y aumentos de precios. Además, las sanciones incluyen controles de exportación de productos dirigidos a Rusia, en particular relacionados con tecnologías para uso militar y de «doble uso» que afectarán a las organizaciones y países exportadores. Las prohibiciones de importación, por ejemplo, de los EE. UU. sobre productos rusos como petróleo, vodka, mariscos, diamantes, harán que varios productos no estén disponibles y aumentarán los precios de los posibles sustitutos.
• Cadenas de suministro de países que tradicionalmente dependen de la energía fósil de Rusia: la crisis energética en Europa como resultado de una fuerte dependencia de la importación de energía desde Rusia afectará los precios de los productos importados por las organizaciones colombianas desde Europa (y otras regiones). Los países que llenan esta brecha en el suministro de energía se benefician, por un lado, de precios más altos de la energía que les proporcionan mayores ingresos. Pero, por otro lado, los efectos compensatorios debido al aumento del costo de importación de los productos terminados influyen en los efectos económicos netos. A pesar de que es probable que en el futuro haya una menor volatilidad de los precios de la energía, las industrias que hacen un uso intensivo de la energía, como los servicios públicos, el transporte o los productos químicos, seguirán viéndose afectadas. Si bien los mercados occidentales se refieren a «precios altos» en este contexto, la perspectiva global también indica que otros mercados, en particular los dos mercados más poblados, China e India, en realidad se benefician de los «precios bajos» comprando petróleo de Rusia. Con inversiones estructurales en infraestructura como nuevos oleoductos, se pueden crear vínculos estratégicos que también impacten la estructura futura de otras cadenas de suministro.
• Cadenas de suministro que involucran países y organizaciones que apoyan a Rusia: los países y organizaciones que eluden las sanciones existentes o entregan armas también pueden estar sujetos a sanciones, lo que expone a dichos actores económicos al riesgo de estar (parcialmente) desconectados de las cadenas de suministro mundiales. La dinámica de la guerra y sus alianzas dificulta prever el impacto futuro en las cadenas de suministro globales.
• Suspensión de las operaciones de la cadena de suministro en Rusia: incluso si fuera legalmente posible, las preocupaciones por la reputación hicieron que muchos jugadores globales suspendieran sus operaciones en Rusia bajo el concepto de cadena de suministro por diligencia y ESG. Esto condujo a una reducción de los ingresos y las oportunidades de crecimiento de dichas organizaciones.
• Cadenas de suministro y recursos humanos: la tragedia humana mencionada inicialmente se hace visible en términos de soldados y civiles muertos, refugiados de Ucrania y migración de Rusia; el segundo, por ejemplo, para evitar prestar el servicio militar. Dichos efectos conducen a cambios demográficos potencialmente significativos en Ucrania y Rusia una disminución de la competitividad de las cadenas de suministro correspondientes debido a la falta de empleados.
• Cadena de suministro para apoyo militar y humanitario: desde el comienzo de la guerra, se exportaron armas, municiones y material por valor de miles de millones de dólares desde muchos países para apoyar a Ucrania. El ramp-up solicitado pero no preparado de las cadenas de suministro para entregar a Ucrania las armas prometidas demuestra que las cadenas de suministro militar pueden ser decisivas para el éxito o el fracaso de los principales actores involucrados. El desabastecimiento de municiones relacionado con la cadena de suministro o los problemas de entrega de armas para Ucrania (y Rusia) tendrán un impacto en el resultado de la guerra.

‘Friendshoring’: Una tendencia geopolítica en las cadenas de suministro

Además del impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en el desempeño de la cadena de suministro a corto y mediano plazo, también existe un efecto potencialmente significativo a largo plazo en la estructura de la cadena de suministro.

La incertidumbre geopolítica en diversas regiones del mundo, incluida la dinámica de la guerra Rusia-Ucrania pero, por ejemplo, también con respecto a la relación China-Taiwán-EE. UU., crea preocupaciones sobre otros conflictos potenciales que podrían afectar las cadenas de suministro en el futuro. Siguiendo los patrones y estándares de comportamiento establecidos durante la guerra entre Rusia y Ucrania, las empresas deberían desarrollar escenarios que se preparen para posibles interrupciones en las regiones de riesgo, por ejemplo, evaluando la reubicación de las instalaciones de producción, el desarrollo de nuevos proveedores y el diseño de rutas de transporte alternativas.

En dicho contexto, y además de los conceptos actualmente discutidos de ‘reshoring’ y ‘nearshoring’, el término políticamente motivado ‘friendshoring’ se vuelve cada vez más relevante, demostrando una oportunidad o amenaza potencial en caso de (no) pertenecer a una alianza geopolítica. En tal situación, es probable que las futuras asociaciones a nivel de economías y cadenas de suministro se vean influenciadas por el posicionamiento geopolítico en este conflicto ya global.

Con el mundo geopolíticamente en movimiento, se pueden identificar oportunidades y amenazas para Colombia bajo el concepto de nearshoring y/o beneficios esperados de iniciativas de infraestructura como la Iniciativa ‘Belt and Road’ de China o la ‘Asociación para Infraestructura e Inversión Global’ lanzada por el G7. Con respecto a la integración en las cadenas de suministro globales, será interesante ver cómo Colombia se posicionará geopolítica y económicamente en el futuro. Teniendo en cuenta las importantes inversiones de China en África y Asia, es probable que Colombia se clasifique como «demasiado lejos y demasiado cara» por ser un destino de nearshoring para proveer productos de valor agregado para China. Limitar el papel de Colombia en las cadenas de suministro globales a un proveedor de materias primas no conducirá a un bienestar sostenible ni ese enfoque estaría alineado con la intención de MinHacienda de que “hay que reindustrializar a Colombia”, una iniciativa desafiante a largo plazo que requeriría una inversión (extranjera) significativa, así como mejoras en la productividad.

En general, las implicaciones de la guerra entre Rusia y Ucrania en las cadenas de suministro globales y en la economía colombiana van mucho más allá del impacto de interrupciones en la cadena de suministro a corto y mediano plazo. En cambio, el impacto de esa guerra debe evaluarse teniendo en cuenta los efectos dominó y las implicaciones a largo plazo dentro de los bloques geopolíticos reorganizados. Esto se convierte en desafíos sin precedentes de planificación estratégica, integrando diversas perspectivas relacionadas con negocios, macroeconomía, ESG y aspectos legales influenciados por esta trágica guerra en el siglo XXI.