Según el último informe de Perspectivas Económicas de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), la recuperación mundial sigue adelante, pero la imposibilidad de garantizar una vacunación rápida y eficaz en todos los países y la aparición de nuevas variantes del virus, hacen que esta recuperación pierda fuerza y surjan nuevos desequilibrios, particularmente en las economías de bajos ingresos.
No obstante, la Ocde pronostica un repunte del crecimiento económico mundial, que según indica, debería alcanzar el 5,6% este año y el 4,5% en 2022.
Además, prevé que la economía colombiana crecerá este año por encima de la región alcanzando niveles por el orden del 9,5%, cifra elevada al 7,6% pronosticado en mayo. Para 2022, prevé un crecimiento de 5,5 % impulsado principalmente por el consumo privado y para 2023 un crecimiento de 3,1%.
Según lo proyecta el organismo, “la política fiscal proporcionará un apoyo continuo a los hogares vulnerables en 2022, mientras que la reducción del gasto en otras áreas contribuirá a un ajuste fiscal que se intensificará en 2023”.
La Ocde además destaca el riesgo que nuevas olas de infecciones por el COVID-19 podrían desencadenar en el crecimiento mundial, sobre todo por la aparición de la variante Ómicron en los últimos días, según las Perspectivas, garantizar un mejor acceso a las vacunas en los países de renta baja debe ser una política prioritaria y urgente. Un despliegue de vacunas más rápido y mejor coordinado en todo el mundo no sólo es esencial para salvar vidas e impedir que aparezcan nuevas variantes, sino que también ayudaría a solventar algunos de los cuellos de botella que están restando ímpetu a la recuperación, al permitir que las fábricas, los puertos y las fronteras vuelvan a abrirse por completo.
En la presentación de las Perspectivas Económicas, junto a Laurence Boone, Economista Jefe de la OCDE, Mathias Cormann, Secretario General de la organización, declaró: «La fuerte recuperación que hemos visto se está moderando y los estrangulamientos por el lado de la oferta, la inflación creciente y el persistente impacto de la pandemia están empañando el horizonte. Como se está constatando con la aparición de la variante Omicron, la incertidumbre y los riesgos son elevados, y ello agrava los desequilibrios y amenaza la recuperación. Para mantener la recuperación firme y bien encauzada habrá que corregir una serie de desequilibrios, pero sobre todo será necesario gestionar la crisis sanitaria a través de una mayor coordinación internacional, mejorando los sistemas sanitarios y reforzando enérgicamente los programas de vacunación en todo el mundo».