Por: Alejandro Cheyne
Rector de la Universidad del Rosario
A propósito de la serie “Madam C.J. Walker: una mujer hecha a sí misma”, en donde se muestra la historia de una lavandera afroamericana que logra convertir en realidad su sueño de una empresa de belleza, nos quedan varias lecciones para nuestro ecosistema emprendedor y, por supuesto, varios interrogantes sobre cuál es la estrategia pertinente para apoyar los proyectos de las madres emprendedoras colombianas.
El primer paso, desde mi punto de vista, es poder reconocer y analizar la lamentable brecha de género en nuestro país. Colombia cuenta con 22,6 millones de mujeres (51,2 % de la población total, según Dane, 2018) y con una tasa global de participación de las mujeres del 74 % cuando no tienen hijos (71,5 % con un hijo, 69,9 % con dos hijos y 65,2 % con tres o más hijos). Además, las mujeres obtienen un 12,1% menos que los hombres en los ingresos laborales, de acuerdo con el informe Mujeres y hombres: brechas de género en Colombia, y una posición legal frente a los hombres de 81.9 según el índice Mujer, Empresa y Derecho 2020.
La contribución de las madres emprendedoras no ha sido lo suficientemente valorada y, por tanto, se desconoce su potencial para la generación de bienestar en Colombia. Sin embargo, su testimonio en el mundo empresarial genera las siguientes reflexiones:
- Es relevante comprender cómo se logra un balance entre el proyecto emprendedor de las madres, con su dedicación para atender las necesidades de sus hijos. ¿Es posible construir un emprendimiento familiarmente responsable? Definitivamente, el tiempo disponible se convierte en uno de los principales obstáculos para lograr esa convergencia de las dos dimensiones en el proyecto de vida de las madres. Ningún proyecto emprendedor desde el día 1 empieza a generar ingresos que compensen los costos de la educación y cuidado de sus hijos. Pero, a pesar de esto, la realidad muestra que las madres inician su proyecto emprendedor cuando sus hijos empiezan a estudiar en el colegio.
Un gran ejemplo de este balance entre la vida personal y el emprendimiento es el caso de Johana Bahamón, emprendedora social colombiana creadora de Acción Interna, una fundación que busca darle segundas oportunidades a la población carcelaria y pospenada de Colombia. Johana es madre de 2 niños pequeños y, además de esto, debido a su labor tan cercana con las personas privadas de la libertad, decidió hacerse cargo de Evelyn, una bebé de dos años a quien Johana cuidó desde los tres meses mientras su madre pagaba su condena.
- A pesar de que en los últimos años la percepción sobre los emprendedores ha cambiado, en algunos escenarios no se les otorga el reconocimiento debido y se les cataloga de soñadores utópicos. Lo anterior se presenta aún más cuando son madres emprendedoras, donde las ideas tradicionales buscan hacerlas cambiar de rumbo, y donde personas externas e incluso su círculo más cercano (familia y amigos) se convierten en un obstáculo para su proyecto emprendedor.
Es la falta de apoyo justamente la que hace que la consecución de recursos financieros sea más compleja para las madres emprendedoras y posiblemente los fracasos temporales propios de un emprendimiento no sean valorados como una oportunidad de aprendizaje.
Recordemos, por ejemplo, la anécdota de la famosa escritora J. K. Rowling, a quien la editorial le pidió que usara dos iniciales y no su nombre completo, porque el público seguramente no leería libros escritos por una mujer. Una mujer que, además se encontraba sin empleo, con depresión y con problemas emocionales de su primer matrimonio, pero que gracias a la motivación de su hija mantendría su vocación. Hoy, sus libros de Harry Potter son reconocidos a nivel mundial.
- Las experiencias previas son fundamentales para el éxito de un proyecto emprendedor, por lo que surge una situación interesante en cuanto al desarrollo de las competencias de las madres emprendedoras. Por un lado, debido a su poco tiempo disponible y a la dedicación a sus hijos, no necesariamente han tenido las experiencias previas necesarias para el desarrollo de competencias técnicas emprendedoras como la capacidad de análisis financiero, jurídico, de mercados entre otros. Pero, al mismo tiempo, la inversión de su tiempo en el hogar les ha permitido desarrollar competencias indispensables para el emprendimiento como son: iniciativa, gestión del tiempo, persistencia, autoconfianza, cumplimiento de objetivos, entre otras.
Además, especialmente su condición como madres las convierte en expertas multitarea, con una facilidad para comprender no solo lo que necesitan las familias en su vida cotidiana sino tener un ojo crítico para observar la realidad de una forma diferente.
Lo anterior, les permite encontrar problemáticas por solucionar y oportunidades que otros no ven. Bien vale la pena mencionar a Carolina Herrera, quien incursionó en el mundo de la moda a los 42 años y reconoce que no sabía de costura, pero que su capacidad para comprender las necesidades de las mujeres con un nuevo estilo le garantizó su éxito empresarial.
- Muy importante identificar cuál es el principal motivador para las madres emprendedoras. Sin duda la independencia, flexibilidad en el manejo del tiempo, posibilidad de ganar dinero, entre otros factores, influyen en su decisión. Pero, creería que uno de los elementos que más las impulsa es que el emprendimiento les permite construir una empresa “a su medida, a su gusto, con sus valores y creencias”, como lo hacen en sus hogares. Además, esto lo hacen con una pasión que les permite no solo superar las dificultades sino mantener su espíritu emprendedor, tanto en el fracaso como en los momentos de éxito. Rosalía Mera, quien por su condición humilde abandona sus estudios a los 11 años para empezar a trabajar, crea con su esposo la empresa Inditex, con marcas multinacionales como Zara. Posterior a su divorcio, con gran dedicación a sus dos hijos, se reinventa y crea nuevos espacios de servicio público como la Fundación Paideia. Rosalía es un gran ejemplo de madre emprendedora exitosa.
Otro caso es el de Laura Tenison, quien descubrió una oportunidad de negocio mientras se recuperaba de un accidente. Conoció en el hospital a una joven inconforme con la ropa por catálogo para sus hijos y empieza a gestar JoJo Maman Bébé. Tenison menciona con frecuencia cómo al tener a su hijo realmente comprendió el proyecto empresarial.
De acuerdo Yunus, todos los seres humanos somos emprendedores, pero solo unos pocos afortunados se han dado cuenta de ello, por tanto, es importante el emprendizaje (aprender a emprender) de tal forma que cuando se presente el “hecho desencadenante”, las madres emprendedoras puedan estar preparadas para enfrentar el desafío y desarrollar la capacidad de relacionamiento y networking tan importante en el emprendimiento solidario.
Finalmente, bien vale la pena insistir en que el cuidado de los hijos no es de ninguna manera un obstáculo imposible de afrontar para desarrollar el sueño emprendedor, incluso según el informe Mujeres emprendedoras: una oportunidad de inversión inexplorada BID, en América Latina y el Caribe, el emprendimiento femenino logra un 20 % más de ingresos que las empresas fundadas por hombres.
En nuestro ecosistema colombiano es muy importante consolidar una red de apoyo y un acompañamiento psicopedagógico que les permita a las mujeres maximizar sus talentos y fortalecer su proyecto de vida como madres y emprendedoras al servicio del bien común. Somos nosotros los responsables, con cada una de nuestras acciones diarias, de apoyar a estas madres emprendedoras en la consecución de sus sueños y en el proceso de lograr sus metas.
