Una vinculación más eficiente entre la inversión privada de impacto y el financiamiento público, estándares de transparencia para empresas e inversores y el fortalecimiento del rol de los bancos multilaterales de desarrollo y de las instituciones financieras de desarrollo son algunas de las recomendaciones que se desprenden del más reciente informe de la iniciativa Impact Taskforce (ITC), que reúne a 120 destacadas voces del mundo de la empresa, la inversión y las políticas públicas y que representa a más de 100 instituciones de 40 países.
El informe, “Time to deliver: mobilising private capital at scale for people and planet” (https://www.impacttaskforce.com/media/brzkvcvx/time-to-deliver-1.pdf) fue publicado el 13 de diciembre de 2021 y ofrece varias recomendaciones prácticas que responden a una de las preguntas más apremiantes de nuestro tiempo: «¿Cómo acelerar el volumen y la eficacia del capital privado que busca tener un impacto social y medioambiental positivo?».
La iniciativa basada en Londres concluyó que es evidente que se necesita más inversión de forma urgente para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos por las Naciones Unidas para el 2030. La financiación pública por sí sola no puede satisfacer las necesidades de los países, especialmente en mercados emergentes, asegura el Impact Taskforce.
El informe explica cómo los cambios sociales y los saltos tecnológicos crean oportunidades para movilizar capital privado a escala, promoviendo mejores soluciones. Las recomendaciones del Impact Taskforce establecen una hoja de ruta, con un claro sentido práctico, para lograr que el capital institucional (estimado globalmente en 250 billones de dólares) pueda vincularse más eficazmente con el financiamiento público para lograr resultados sociales y medioambientales positivos para las personas y el planeta, además, insta a los gobiernos a crear estándares para la exposición de información, haciéndolos armónicos y de publicación obligatoria para las empresas y los inversores y que las grandes empresas guíen a las PyMEs hacia una mejor exposición de su información en el largo plazo.
Al mismo tiempo, hace un llamado a la cooperación entre el sector público y el sector privado para avanzar en los esfuerzos emergentes sobre valuación de impacto, lo cual permitiría comparar los impactos y los resultados financieros de las empresas, mejorando así la integridad en los procesos de contabilidad y exposición del impacto.
Además, aboga por el fortalecimiento del rol de los bancos multilaterales de desarrollo y de las instituciones financieras de desarrollo y hace un llamado especial a la creación de una serie de sociedades de garantía domiciliadas en mercados emergentes, reproduciendo modelos existentes, para ayudar a superar obstáculos a la inversión de capital institucional e insta a la rápida eliminación de barreras externas e internas que limitan el flujo de capital por parte de inversores institucionales, entre otras.
“Las decisiones de inversión se toman hoy con información incompleta. Tenemos que transformar la calidad y la transparencia de los datos sobre el impacto. Nuestro informe presenta una vía de acción hacia un mundo en el que las decisiones de inversión se tomen a través de la triple lente del riesgo, la rentabilidad financiera y el impacto medido», dijo Nick Hurd, exministro del Reino Unido y presidente del Impact Taskforce.
Douglas L. Peterson, presidente y director general de S&P Global, y presidente del primer sub- grupo del ITF, afirmó que «los mercados financieros pueden ser una poderosa fuerza del bien. Contar con estándares transparentes y comparables será una herramienta esencial para que los distintos actores del mercado evalúen y optimicen su impacto”.
“La transición hacia cero emisiones netas debe producirse con rapidez y a nivel global, pero las vías de transición también deben reconocer las necesidades y la capacidad locales para garantizar verdadera inclusión y equidad.
Los elementos de transición justa de nuestro informe ofrecen directrices prácticas sobre cómo invertir para lograr alto impacto en áreas que son fundamentales para la seguridad climática y la inclusión económica», aseguró Elizabeth Corley, presidenta del Impact Investing Institute y presidenta de la segunda corriente de trabajo del ITF.
Aunque ITF insta al G7 a que encabece estos esfuerzos, sus recomendaciones dejan claro que todos los agentes del sistema financiero deben trabajar juntos y de manera coordinada, como condición necesaria para alcanzar los ODS.
Laurie Spengler, miembro del ITF y asesora principal de la corriente de trabajo enfocada en políticas y vehículos de inversión, afirmó que «partiendo de décadas de experiencia y un historial impecable, en particular en los mercados emergentes, los bancos multilaterales de desarrollo y las instituciones financieras de desarrollo pueden —y deben— desempeñar un papel aún más importante, ampliando y acelerando los flujos de capital en beneficio de aquellas personas y lugares que los mercados financieros suelen ignorar. Este papel es especialmente importante para que los compromisos y anuncios por parte del capital institucional se transformen en soluciones reales que promueven los ODS mediante acciones significativas”. Las Naciones Unidas han promovido los ODS como metas para todos los países del mundo en 2030.