Kimberly-Clark, la compañía reconocida mundialmente por sus productos de cuidado e higiene personal, anunció su cumplimiento en el objetivo de ‘Cero Residuos en rellenos sanitarios’, que desarrolla en su planta de producción ubicada en Tocancipá.
La compañía manifestó que se encuentra trabajando en una estrategia de aprovechamiento de residuos con el Grupo Ática para reducir su huella de carbono y controlar los residuos industriales de los productos que fabrican.
“Desde el 1 de noviembre de 2020, estamos enviando nuestros residuos industriales y ordinarios al Grupo Ática, para que sean utilizados en procesos de generación de energía y fabricación de nuevos productos que se incorporan nuevamente a la industria. Por medio de esta cooperación promovemos la economía circular, pues generamos valor agregado a estos residuos y los convertimos nuevamente en materias primas”, manifestó Juan Felipe Isaza, gerente general de Kimberly-Clark en Colombia.
Según la empresa, del total de los desechos propios del proceso, es decir los industriales, el 80% son aprovechables, ya que no es necesario hacer una disposición especial o tratamiento de estos; entre este grupo se encuentran papeles, cartones, plásticos limpios y telas no tejidas. Ese porcentaje se distribuye para su aprovechamiento mediante procesos de generación de energía o es entregado al sector de reciclaje de la región, a través de Ática Industria Ambiental.
Por otro lado, el 20 % de los residuos industriales que no se pueden aprovechar es tratado y entregado al Grupo Ática, para que sea dispuesto y utilizado en otras industrias de la región.
Una de las metas que tiene Kimberly-Clark en su estrategia de sustentabilidad se enfoca en reducir a la mitad su huella ambiental e impactar mil millones de vidas para 2030; esta campaña en particular incentiva en las personas hábitos de manejo de residuos responsables, ya que de los desechos plásticos globales anuales solo el 9 % se recicla de manera efectiva y alrededor de 13 millones de toneladas son vertidas en los océanos cada año, afectando la biodiversidad, la economía y la salud de las personas, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el 2019.
Basura Cero
El Sistema de Basura Cero hace más rentables y competitivas a las empresas que buscan aprovechar al máximo los residuos que generan para minimizar su disposición final. La economía circular es clave en este proceso en el que se debe aventurar toda compañía en el país.
De acuerdo con Diego Guzmán, CEO de Atica, empresa líder en el manejo de residuos, tratamiento de aguas y transformación de aceite, ‘Basura Cero’ es una herramienta mediante la cual se evalúan los modelos de economía circular y ecología industrial para ayudar a las empresas en la creación e implementación de estrategias de reducción, reutilización, aprovechamiento la y valorización de los residuos sólidos con las que puedan obtener una clasificación y certificación.
Ahora bien, las compañías que deseen ser certificadas en Basura Cero o Zero Waste, primero deben definir el alcance de la certificación en instalaciones, procesos o áreas controladas que quiere destacar la compañía
“Las empresas pasan por un proceso de evaluación y calificación, de acuerdo con los parámetros y criterios establecidos en el sistema, según sus líneas de negocios para entender su necesidades y expectativas. A su vez, se analiza su liderazgo y planificación para identificar riesgos, oportunidades y requisitos legales en la generación y el manejo de residuos sólidos, también, comunicación, documentación competencia y recursos”, explicó Guzmán.
También, se evalúa la Gestión Integral de Residuos Sólidos (GIRS) para entender todo el proceso desde la clasificación, almacenamiento, recolección y transporte hasta la disposición final del material para tener una evaluación y auditoría que les facilite a las empresas mejorar y ser más eficaces en el proceso de obtención de la certificación basura cero.