“En el sistema financiero, lo que pudiera estar ocurriendo es que se aseguran muy bien las ventanas, pero se está dejando la puerta abierta de par en par a quienes cometen actos ilegales”, dice CEO de Pronus.
Los colombianos no salen del asombro por las crecientes modalidades de robo, asalto y actos delincuenciales tanto en la calle como en establecimientos públicos, otra preocupante amenaza se cierne sobre los intereses de personas, empresas y entidades financieras, en cuanto a la seguridad de sus recursos. Se trata de la suplantación, un fenómeno que los puede estar afectando, incluso, mientras descansan plácidamente.
Precisamente, el último reporte sobre este fenómeno delictivo presentado por la Dijin de la Policía Nacional, muestra que solo en 2020, el año más duro de la pandemia de covid en el país, el delito de suplantación de identidad se disparó 409% en Colombia, al pasar de 300 casos en 2019 a 1.527 en 2020.
De acuerdo con el experto Camilo Zea, CEO de Pronus, compañía pionera en el sector Fintech y herramientas para la gestión del riesgo financiero, la suplantación se está expandiendo y sofisticando a tal nivel, que no son solo depositantes y bancos los afectados, sino también empresas de sectores como: financiero, infraestructura, minería, comercio, servicios financieros, firmas de abogados y consultoría, para citar algunos renglones.
Camilo Zea indica que, por ejemplo, los sistemas tradicionales de vinculación al sistema financiero no son capaces de contener la avalancha de modalidades de fraude. “Y al tiempo que se fortalecen las inversiones en ciberseguridad para contener la intrusión, lo que pudiera estar ocurriendo es que se aseguran muy bien las ventanas, pero se está dejando la puerta abierta de par en par a quienes cometen actos ilegales”, enfatiza.
Además, recalca que tampoco es un dato menor que mientras en el mundo la suplentación digital creció a una tasa de 149%, en Colombia se disparó a 243%, lo que considera un fuerte campanazo de alerta sobre lo que viene ocurriendo en materia de gestión del riesgo financiero.
En su concepto, se requieren herramientas de Regtech, como la que su compañía desarrolla desde la división Pronus Control, y que combinan la gestión del riesgo con tecnologías robóticas, en las que se han desarrollado algoritmos que son capaces de analizar un documento tan sencillo como lo es una cédula de ciudadanía desde 40.000 puntos distintos para establecer su autenticidad. “Fraude, riesgos operativos en cualquier proceso, relaciones desequilibradas con un proveedor o un cliente, son otros ejemplos de lo que nuestro equipo y tecnología pueden encontrar”, asegura.
Zea adierte que en que la digitalización que tanto se ha puesto sobre el tapete desde cuando apareció la pandemia no se logra de ‘afuera hacia adentro’ sino al contrario. “No es suficiente tener una web bonita o una aplicación móvil montada con la mejor tecnología, hace falta que ese “front” esté conectado al middle y back-office, es decir, a las áreas que controlan los riesgos y que cumplen las operaciones de los clientes, cualquiera sea el sector económico del que estemos hablando”.
Argumenta que muchas empresas se han enfocado únicamente en la interfaz con la que pretenden vender productos, dejando para después la conexión con las áreas de riesgos y cumplimiento. “Esto es un error porque la percepción positiva del cliente al momento de la venta se frustra cuando el producto o servicio no se entrega a tiempo o en la calidad prometida”.
Y cuando hablamos de gestión de riesgos, solo algunas empresas medianas o grandes reconocen hacer esfuerzos por atender dicha gestión, o en algunos casos la regulación se los impone (como en el caso del sector financiero, por ejemplo).
Sin embargo, cuando hablamos de “caja”, todas las empresas, grandes y pequeñas, manifiestan su preocupación por el desempeño de la caja del negocio y hacen esfuerzos permanentes por mejorar. “En Pronus Control vinculamos el análisis de gestión de riesgos al desempeño de la caja”, expresa Zea, para quien lo que se debe tener en cuenta es que hay herramientas tecnológicas, analíticas y humanas que pueden contrarrestar el accionar de la ilegalidad, por más sofisticado que este parezca.