Las universidades en Colombia enfrentan un gran reto para aumentar el nivel de matrículas, atribuido en gran medida a la crisis económica del país.
Esta crisis impacta negativamente en la capacidad de las familias para costear la educación universitaria, exacerbando el desempleo y el subempleo, y generando una percepción de alta carga financiera asociada con la educación superior.
Y es que, según el Ministerio de Educación para el 2022, el número total de estudiantes llegó a 2,466,228, representando un incremento de 17,957 alumnos respecto al año anterior, y un crecimiento de sólo 1,8% sobre lo logrado en 2017, de este total, las IES públicas representaron 1.341.339 estudiantes y las privadas 1.124.889. Por otro lado, si consideramos la cantidad de personas en programas sumando formación, educación para el trabajo, la cifra en programas formales post-media se aproxima a los 4 millones. A pesar de esta leve alza, las instituciones siguen enfrentando desafíos para atraer a nuevos jóvenes.
Bajo lo anterior, para que las universidades aumenten sus niveles de matrículas, es fundamental que se adapten a las necesidades de los estudiantes. “Esto va más allá de ofrecer una educación de calidad; implica también proporcionar facilidades económicas y establecer alianzas estratégicas que enriquezcan su propuesta académica. En última instancia, es crucial que los alumnos perciban que invertir en su formación académica es crucial para asegurar un futuro más próspero”, comentó Matias Cohen CEO de la fintech educativa Flevo.
Ahora, entre los retos que tienen las IES está la adaptación a las nuevas generaciones. En este sentido muchas están priorizando la educación continua, programas de inglés y competencias en informática. Esto se suma al gran desafío de la cobertura geográfica, poder llegar a todos los rincones del país, logrando una nación más federal e igualitaria. Es por eso que la virtualidad sigue ganando terreno como una solución crucial para llegar a alumnos en áreas donde la presencialidad no es viable.
Otro factor significativo es la deserción estudiantil, una investigación del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, indica que el 50% de los matriculados no completan sus estudios universitarios. “Este abandono se ve afectado principalmente por la situación económica, ya que la urgencia de resolver problemas financieros a corto plazo suele desplazar las metas académicas. A medida que los estudiantes avanzan en su vida adulta, las responsabilidades económicas adicionales pueden interferir aún más con su dedicación al estudio”, mencionó Cohen.
Esta tendencia resulta en un desequilibrio entre el tiempo invertido en el trabajo para mejorar sus ingresos, y el dedicado a la educación. Así como también, la distancia hacia la obtención del título se vuelve cada vez más amplia, mientras que su compromiso con la vida laboral cotidiana se consolida. Es por eso, que muchos jóvenes optan por retirarse para dedicarse por completo a puestos poco calificados, lo que los pone en una posición desafiante en términos de desarrollo profesional a largo plazo.